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Foto del escritorAna María Nájera

EL VALOR DE LA VOLUNTAD

La voluntad es la energía que nos mueve y se acompaña de motivación e ilusión, de pasos pequeños pero tenaces, con la paciencia suficiente del que sabe que la perseverancia, tesón, esfuerzo y firmeza conducen a la meta. Comenzar supone un gran mérito y perseverar lo es aún más. El novelista francés Honoré de Balzac, dijo “No hay gran talento sin gran poder de voluntad”.

Decidí que me iría bien el ir nuevamente al encuentro con mi capacidad de determinación, con esa fuerza de voluntad que en muchos momentos me ha acompañado y que, a veces, simplemente la he apartado de mí ¿te he sucedido que de pronto dejas de ser constante o desvías tu atención de un objetivo inicial? O por el contrario ¿has crecido en las dificultades y no te ha importado volver a empezar y dejar atrás el asomo de la frustración?


Me detuve a pensar en esto y ambas preguntas, en mi caso, tienen una respuesta afirmativa. Y ¿cuáles son las repercusiones en este tipo de experiencias? En la primera, hay una voluntad inicial que vale de poco pues me desvío de lo que pretendo lograr, y en circunstancias como la segunda; aprendo, obtengo lo que quiero y me vivo con una sensación de logro y gratitud.


Vibrar en una sintonía de entusiasmo, saber lo que se quiere lograr, tener una intención en ello, hacer un ejercicio de valoración, incluso tener un modelo de identidad que inspire, y decidirse a tomar acción en lo que pretendemos, es querer luchar, perseverar y alcanzar el objetivo. Y si nos regalamos unos minutos para reflexionar en lo que hemos logrado, gracias a nuestra voluntad, seguramente apreciaremos varias determinaciones.


Robert Downey Jr., dijo que la voluntad es el principio para seguir adelante, “como si tuvieras la confianza de tu parte, finalmente ella viene cuando miras hacia atrás y ves lo que has logrado”. Y estoy convencida que vale la pena esa mirada en el retrovisor, porque la voluntad también es una conquista que renueva y empodera, por lo tanto, es valioso revisar nuestros logros a partir de haber puesto nuestra fuerza de voluntad en ello.


Se dice que la voluntad necesita ser educada porque si bien es la capacidad del ser humano de autodeterminación, de llevar a cabo aquello que la inteligencia le presenta como un bien, y que debe ser formada, orientada, porque no nace ya construida, sino que se irá desarrollando y

creciendo, haciéndose fuerte a base de entrenamiento en acciones concretas. Vale resaltar que la educación de la voluntad está compuesta de pequeños vencimientos.


Para Enrique Rojas, la voluntad “es la capacidad para hacer algo anticipando consecuencias; una disposición interior para anunciar o renunciar; algo propio del hombre, tanto como la inteligencia y la afectividad; es una aspiración que exige una serie de pequeños ensayos y esfuerzos, hasta que, una vez educada, se afianza y produce sus frutos”, así como “la determinación, firmeza en los propósitos, solidez en los objetivos y ánimo frente a las dificultades”. Quien tiene educada la voluntad es más libre y puede llevar su vida hacia donde quiera. Hagamos este ejercicio de reflexión, ubicándonos en el maravilloso tiempo presente.

  • ¿En qué nivel de presencia se encuentra tu voluntad?

  • ¿Eres capaz de renunciar a la satisfacción que te produce lo urgente, la inmediatez? ¿Para qué?

  • ¿Das paso a la disciplina y constancia para cumplir tus propósitos, sin importar lo que te rodea?

  • ¿Tiendes a tener cierto grado de dejadez o desidia para alcanzar aspiraciones que te habías planteado? No importa que tipo de aspiraciones, solamente considéralas.

  • ¿Cuidas los detalles pequeños dentro de las ocupaciones que tienes?

  • ¿Te acompañan la paciencia y el autodominio ahora?


¿De qué te das cuenta? Sin duda, prestar atención a nuestras decisiones y a la forma en que hemos ido educando y conquistando nuestra voluntad, idealmente sobre el principio de hacer atractiva la exigencia, por ejemplo: a partir de firmeza, madurez, paciencia, buen juicio, constancia, disciplina. Los hábitos y valores son apoyos insustituibles; exigirnos orden en las acciones, fidelidad en los compromisos, mantenimiento de las decisiones, fortaleza en las dificultades y otras cualidades similares nos beneficia.


Recuerda, mi propósito al invitarte a responder cada pregunta es que el empoderamiento personal se fortalece a partir de la consciencia de tu identidad y el propósito de vida.


¡Hasta muy pronto!

Ana María Nájera


Compartiendo e impulsando transiciones

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